lunes, 25 de noviembre de 2013

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LA MAESTRA DE PREESCOLAR!!









PEP 2012



  • "PEP 2011"

Los propósitos que se establecen en el programa constituyen el principal componente de articulación entre los tres niveles de la Educación Básica y se relacionan con los rasgos del perfil de egreso de la Educación Básica.
Al reconocer la diversidad social, lingüística y cultural que caracteriza a nuestro país, así como las características individuales de las niñas y los niños, durante su tránsito por la educación preescolar en cualquier modalidad –general, indígena o comunitaria–se espera que vivan experiencias que contribuyan a sus procesos de desarrollo y aprendizaje, y  que gradualmente:
• Aprendan a regular sus emociones, a trabajar en colaboración, resolver conflictos mediante el diálogo y a respetar las reglas de convivencia en el aula, en la escuela y fuera de ella, actuando con iniciativa, autonomía y disposición para aprender.
• Adquieran confianza para expresarse, dialogar y conversar en su lengua materna; mejoren su capacidad de escucha, y enriquezcan su lenguaje oral al comunicarse en situaciones variadas.
• Desarrollen interés y gusto por la lectura, usen diversos tipos de texto y sepan para qué sirven; se inicien en la práctica de la escritura al expresar gráficamente las ideas que quieren comunicar y reconozcan algunas propiedades del sistema de escritura.
• Usen el razonamiento matemático en situaciones que demanden establecer relaciones de correspondencia, cantidad y ubicación entre objetos al contar, estimar, reconocer atributos, comparar y medir; comprendan las relaciones entre los datos
de un problema y usen estrategias o procedimientos propios para resolverlos.
• Se interesen en la observación de fenómenos naturales y las características de los
seres vivos; participen en situaciones de experimentación que los lleven a describir, preguntar, predecir, comparar, registrar, elaborar explicaciones e intercambiar opiniones sobre procesos de transformación del mundo natural y social inmediato, y adquieran actitudes favorables hacia el cuidado del medio.
• Se apropien de los valores y principios necesarios para la vida en comunidad, reconociendo que las personas tenemos rasgos culturales distintos, y actúen con base en el respeto a las características y los derechos de los demás, el ejercicio
de responsabilidades, la justicia y la tolerancia, el reconocimiento y aprecio a la diversidad lingüística, cultural, étnica y de género.
• Usen la imaginación y la fantasía, la iniciativa y la creatividad para expresarse por medio de los lenguajes artísticos (música, artes visuales, danza, teatro) y apreciar manifestaciones artísticas y culturales de su entorno y de otros contextos.
• Mejoren sus habilidades de coordinación, control, manipulación y desplazamiento; practiquen acciones de salud individual y colectiva para preservar y promover una vida saludable, y comprendan qué actitudes y medidas adoptar ante situaciones que pongan en riesgo su integridad personal.

1. Las niñas y los niños llegan a la escuela con conocimientos
y capacidades que son la base para continuar aprendiendo
Al ingresar a la escuela, las niñas y los niños tienen conocimientos, creencias y suposiciones sobre el mundo que los rodea, las relaciones entre las personas y el comportamiento que se espera de ellos, y han desarrollado, con diferente grado de avance, competencias que serán esenciales para su desenvolvimiento en la vida escolar. A cualquier edad, los seres humanos construyen su conocimiento; es decir, hacen suyos
saberes nuevos cuando los pueden relacionar con lo que ya sabían.
Esta relación puede tomar distintas formas: confirma una idea previa y la precisa; la extiende y profundiza su alcance, o bien modifica algunos elementos al mostrar su insuficiencia; conduce a quien aprende a convencerse de que es errónea y a adoptar una noción distinta, que le permite tener más coherencia y mayor posibilidad de explicación.
Este mecanismo de aprendizaje es el que produce la comprensión y permite que el saber se convierta en parte de una competencia que utilizamos para pensar, hacer frente a nuevos retos cognitivos, actuar y relacionarnos con los demás.
Un desafío profesional para la educadora es mantener una actitud de observación e indagación constante en relación con lo que experimenta en el aula cada uno de sus alumnos. Al tratar un tema o realizar una actividad es conveniente que se plantee preguntas cuya respuesta no es simple; por ejemplo: ¿qué saben y qué se imaginan las niñas
y los niños sobre lo que se desea que aprendan? ¿Realmente lo comprenden? ¿Qué “valor agregado” aporta a lo que ya saben? ¿Qué recursos o estrategias contribuyen a que se apropien del nuevo conocimiento?
Esta perspectiva demanda una práctica distinta de la tradicional y, en ciertos momentos, representa un avance más lento del que quizá haya planeado, pero favorece la promoción de un aprendizaje real y duradero.

2. Las niñas y los niños aprenden en interacción con sus pares
En la educación preescolar suelen darse formas de intervención que parten de concepciones en que se asume que la educación es producto de una relación entre los adultos que saben y las niñas y los niños que no saben; sin embargo, hoy se reconoce el papel relevante que tienen las relaciones entre iguales en el aprendizaje. Al respecto se señalan dos nociones: los procesos mentales como producto del intercambio y de la relación con otros, y el desarrollo como un proceso interpretativo y colectivo en el cual
las niñas y los niños participan activamente en un mundo social en que se desenvuelven y que está lleno de significados definidos por la cultura.
Cuando las niñas y los niños se enfrentan a situaciones que les imponen retos y demandan que colaboren entre sí, conversen, busquen y prueben distintos procedimientos y tomen decisiones, ponen en práctica la reflexión, el diálogo y la argumentación, capacidades que contribuyen al desarrollo cognitivo y del lenguaje.
La participación de la educadora consistirá en propiciar experiencias que fomenten diversas dinámicas de relación en el grupo escolar, mediante la interacción entre pares (en pequeños grupos y/o el grupo en su conjunto). En otros casos, su sensibilidad le permite identificar los intercambios que surgen por iniciativa de las niñas y los niños e intervenir para alentar su fluidez y sus aportes cognitivos.
En estas oportunidades, los alumnos encuentran grandes posibilidades de apoyarse, compartir lo que saben y aprender a trabajar de forma colaborativa.
3. El juego potencia el desarrollo y el aprendizaje en las niñas y los niños
El juego tiene múltiples manifestaciones y funciones, ya que es una forma de actividad que permite a los niños la expresión de su energía y de s necesidad de movimiento, al adquirir formas complejas que propician el desarrollo de competencias.
En el juego no sólo varían la complejidad y el sentido, sino también la forma de participación:
individual (en que se pueden alcanzar altos niveles de concentración, elaboración y “verbalización interna”), en parejas (se facilitan por la cercanía y compatibilidad personal), y colectivos (exigen mayor autorregulación y aceptación de las reglas y sus resultados).
Las niñas y los niños recorren esta gama a cualquier edad, aunque se observa una pauta de temporalidad que muestra que los alumnos más pequeños practican con más frecuencia el juego individual o de participación más reducida y no regulada.
En la edad preescolar y en el espacio educativo, el juego propicia el desarrollo de competencias sociales y autorreguladoras por las múltiples situaciones de interacción con otros niños y los adultos. Mediante éste, las niñas y los niños exploran y ejercitan sus competencias físicas, e idean y reconstruyen situaciones de la vida social y familiar en que actúan e intercambian papeles. También ejercen su capacidad imaginativa
al dar a los objetos comunes una realidad simbólica distinta de la cotidiana y ensayan libremente sus posibilidades de expresión oral, gráfica y estética.
Una forma de juego que ofrece múltiples posibilidades es el juego simbólico; es decir, situaciones que las niñas y los niños “escenifican” adquieren una organización más compleja y secuencias más prolongadas; los papeles que cada quien desempeña y el desarrollo del argumento se convierten en motivos de un intenso intercambio de propuestas de negociación y acuerdos entre los participantes.
Durante la práctica de juegos complejos, las habilidades mentales de las niñas y los niños tienen un nivel comparable al de otras actividades de aprendizaje: uso del lenguaje, atención, imaginación, concentración, control de los impulsos, curiosidad, estrategias para la solución de problemas, cooperación, empatía y participación en grupo.
En la educación preescolar, una de las prácticas más útiles para la educadora consiste en orientar a las niñas y los niños hacia el juego, ya que puede alcanzar niveles complejos por la iniciativa que muestran. En ocasiones, las sugerencias de la maestra propiciarán la organización y focalización del juego, y en otras su intervención se dirigirá a abrir oportunidades para que fluya espontáneamente. Diversidad y equidad

4. La educación inclusiva implica oportunidades formativas
de calidad para todos
La educación es un derecho fundamental y una estrategia para ampliar oportunidades, instrumentar las relaciones interculturales, reducir las desigualdades entre grupos sociales, cerrar brechas e impulsar la equidad. En este sentido, la educación preescolar, al igual que los otros niveles educativos, reconoce la diversidad que existe en nuestro país y el sistema educativo hace efectivo este derecho, al ofrecer una educación pertinente
e inclusiva.
• Pertinente porque valora, protege y desarrolla las culturas y sus visiones y conocimientos del mundo, mismos que se incluyen en el desarrollo curricular.
• Inclusiva porque se ocupa de reducir al máximo la desigualdad del acceso a las oportunidades y evita los distintos tipos de discriminación a los que están expuestos niñas, niños y adolescentes.
México es un país multicultural, entendido como sistemas de creencias y valores, formas de relación social, usos y costumbres, y formas de expresión que caracterizan a un grupo social. Las culturas pueden estar asociadas con la pertenencia a un grupo étnico; también pueden vincularse con la región de residencia o las formas de vida y trabajo. En los pueblos originarios, una característica central es una lengua materna propia, con distintos grados de preservación y coexistencia con el español.
El reconocimiento y el respeto a la diversidad cultural constituyen un principio de convivencia, delimitado por la vigencia de los derechos humanos y, en especial, los de las niñas y los niños. Es necesario que las educadoras desarrollen empatía hacia las formas culturales presentes en sus alumnos, que con frecuencia son distintas de las suyas. A partir de dicha empatía puede incorporar a las actividades de aprendizaje elementos de la realidad cotidiana y de las expresiones de la cultura que les son familiares a los alumnos, ya que al hacerlo favorece su inclusión al proceso escolar y la valoración de los rasgos de su cultura.

5. La atención de las niñas y los niños con necesidades educativas especiales, con o sin discapacidad, y con aptitudes sobresalientes
La educación procurará atender a las niñas y los niños de manera adecuada y de acuerdo con sus propias condiciones, con equidad social; además, tratándose de menores de edad con o sin discapacidad, y con aptitudes sobresalientes, propiciará su inclusión en los planteles de Educación Básica regular y brindará orientación a los padres o tutores,
así como a las docentes y demás personal de las escuelas que los atienden.
Lo anterior implica tener presente que las niñas y los niños que tienen alguna discapacidad (intelectual, sensorial o motriz), o aptitud sobresaliente, deben encontrar en la escuela un ambiente que propicie su aprendizaje y participación.
Es necesario que las educadoras identifiquen las barreras que pueden interferir en el aprendizaje de sus alumnos y empleen estrategias diferenciadas para promover y ampliar, en la escuela y las aulas, oportunidades de aprendizaje, accesibilidad, participación, autonomía y confianza para combatir y erradicar actitudes de discriminación.
La disposición de la educadora y de la escuela son esenciales para atender a las niñas y los niños con necesidades educativas especiales, lo que implica un trabajo colaborativo entre la escuela, el grupo y los padres. Adicionalmente, es necesario que la escuela se vincule con los servicios de apoyo a la educación y cree redes con otros sectores.

6. La igualdad de derechos entre niñas y niños se fomenta
desde su participación en actividades de socialización y aprendizaje
En el proceso de construcción de su identidad, las niñas y los niños aprenden y asumen formas de ser, sentir y actuar consideradas como femeninas y masculinas en una sociedad.
En el tipo de relaciones y prácticas socializadoras que se dan en el medio familiar, desde edades tempranas las niñas y los niños empiezan a interiorizar ideas y pautas de conducta particulares que la familia espera de ellos de acuerdo con su sexo.
La equidad de género significa que todas las personas tienen los mismos derechos para desarrollar sus potencialidades y capacidades, y acceder por igual a las oportunidades de participación en los distintos ámbitos de la vida social, sin importar si se es hombre o mujer.

Desde esta perspectiva, la educación preescolar como espacio de socialización y aprendizaje tiene un papel importante en el reconocimiento de las capacidades de niñas y niños. En este sentido, el principio de equidad se concreta cuando las prácticas educativas promueven su participación equitativa en todo tipo de actividades: jugar con pelotas, correr durante el recreo o en otros momentos, trepar, organizar los materiales en el aula y colaborar para limpiar las áreas de trabajo, manipular instrumentos en situaciones experimentales, asumir distintos roles en los juegos de simulación, tomar decisiones y, sobre todo, hablar y expresar ideas en la clase que son, entre otras, actividades en las que mujeres y hombres deben participar por igual, porque este tipo de experiencias fomentan la convivencia y es donde aprenden a ser solidarios, tolerantes, a actuar en colaboración, a rechazar los estereotipos sociales y la discriminación. Intervención educativa

7. Fomentar y mantener en las niñas y los niños el deseo de conocer, así como el interés y la motivación por aprender
En las niñas y los niños pequeños el interés es situacional, ya que emerge frente a lo novedoso, lo que sorprende, lo complejo, lo que le plantea cierto grado de incertidumbre y le genera motivación; en ello se sustenta el aprendizaje.
Incorporar los intereses de los niños al proceso educativo implica desafíos que deben ser resueltos durante la intervención de la educadora, teniendo presente que:
• No siempre logran identificar y expresar lo que les interesa saber entre las opciones posibles o acerca de algo que no conocen.
• Las cosas o problemas que les preocupan a veces responden a intereses pasajeros, otras se trata de preguntas profundas y genuinas, pero que rebasan su capacidad de comprensión y las posibilidades de respuesta en el grupo.
• En el grupo hay intereses distintos y con frecuencia incompatibles.
Para atender estos desafíos, la educadora debe orientar, precisar, canalizar y negociar esos intereses hacia lo que formativamente es importante, así como procurar que al introducir una actividad, ésta sea relevante y despierte el interés, encauce su curiosidad y propicie su disposición por aprender. Para lograrlo, es necesario que reflexione sobre
los intereses y la motivación de sus alumnos, como base para planificar la intervención educativa.

8. La confianza en la capacidad de aprender se propicia en un ambiente estimulante en el aula y la escuela
El desarrollo equilibrado de las competencias de las niñas y los niños requiere que en el aula exista un ambiente estable: en primer lugar, que la educadora sea consistente en su trato con ellos, en las actitudes que adopta en su intervención educativa y en los criterios con que procura orientar y modular las relaciones entre sus alumnos.
En un ambiente que proporcione seguridad y estímulo será más factible que las niñas y los niños adquieran valores y actitudes que pondrán en práctica en las actividades de aprendizaje y formas de participación escolar, ya que cuando son alentadas por la educadora y compartidas por sus alumnos, el grupo se convierte en una comunidad de aprendizaje.
Un ambiente de este tipo favorece la disposición a explorar, individualmente o en grupo, las soluciones a los retos que les presenta una actividad o un problema, a optar por una forma de trabajo y valorar su desarrollo para persistir o enmendar. Las niñas y los niños aprenderán a pedir orientación y ayuda, y a ofrecerla; se darán cuenta de que al actuar y tomar decisiones pueden fallar o equivocarse, sin que esto afecte su confianza ni la posibilidad de mejorar en su desempeño.
Al participar en esa comunidad, el niño adquiere confianza en su capacidad para aprender y se da cuenta de que los logros son producto del trabajo individual y colectivo.
En una etapa temprana, lo deseable es que aprenda gradualmente a mirar con atención su proceso de trabajo y a valorar diferencialmente sus resultados; esa posibilidad está influida por los juicios de la educadora y la interacción en el grupo, y si el niño percibe que al valorar su desempeño y el de sus compañeros hay justicia, congruencia, respeto y reconocimiento del esfuerzo, identificará que la evaluación es una forma de colaboración que no lo descalifica.

9. La intervención educativa requiere de una planificación flexible
La planificación de la intervención educativa es indispensable para un trabajo docente eficaz, ya que permite a la educadora definir la intención y las formas organizativas adecuadas, prever los recursos didácticos y tener referentes claros para evaluar el proceso educativo de los alumnos que conforman su grupo escolar. Los aprendizajes esperados y las competencias son el referente para organizar el trabajo docente.
La planificación es un conjunto de supuestos fundamentados que la educadora considera pertinentes y viables para que niñas y niños avancen en su proceso de aprendizaje; debe considerar que el trabajo con ellos es un proceso vivo, de ahí que sea necesaria la apertura a la reorientación y al ajuste, a partir de la valoración que se vaya haciendo en el desarrollo de la actividad misma.

Por ejemplo, si la educadora decide trabajar en el campo formativo Lenguaje y comunicación, y después de aplicar la evaluación inicial considera que es prioritario fomentar que sus alumnos narren sucesos reales e imaginarios, tiene a su disposición diversas opciones: como punto de partida puede utilizar la lectura de un libro infantil y pedir a un alumno que narre un suceso que despertó su interés; sin embargo, antes de seleccionar y diseñar la actividad, debe tener claro cuál es el nivel de dominio expresivo y comprensivo de sus alumnos, para decidir si la narración se referirá a un suceso real o una historia imaginaria; cómo organizará al grupo, y cuál tema piensa que despertará más el interés en los niños, entre otras. Una vez resuelto lo anterior,planificará la actividad (acciones, secuencia, tiempo, medios, recursos y criterios para
la evaluación). Otra cuestión que la educadora debe decidir es el tipo de intervención que tendrá durante el desarrollo de las actividades, ya que a veces será necesaria una mayor presencia y dirección de su parte, y otras será más adecuado dejar fluir la actividad y mantenerse “en la periferia”, pero podrá modificarla de acuerdo con la forma en que se desarrollen las actividades y los alumnos se involucren en ellas.

10. La colaboración y el conocimiento mutuo entre la escuela y la familia favorece el desarrollo de niñas y niños
Los efectos formativos de la educación preescolar sobre el desarrollo de las niñas y los niños serán más sólidos en la medida en que, en su vida familiar, tengan experiencias que refuercen y complementen el trabajo que la educadora realiza con ellos.
Para fortalecer la participación de los padres, el personal directivo y docente de preescolar debe tomar la iniciativa a partir de organizar una actividad sistemática de información y acuerdo dirigido no sólo a las madres y los padres sino también a los demás miembros de la familia que puedan participar en una labor de apoyo educativo.
Es necesario que las familias conozcan la relevancia de la educación preescolar en el marco de la Educación Básica y el sentido que tienen las actividades cotidianas que ahí se realizan para el desarrollo de los alumnos; comprender esto es la base de la colaboración familiar. Por ejemplo: asegurar la asistencia regular de las niñas y los niños, la disposición para leerles en voz alta, conversar con ellos, atender sus preguntas, y apoyarlos en el manejo de dificultades de relación interpersonal y de conducta.
En síntesis, que la participación plena de la familia es fundamental para el aprendizaje de los niños.


CAMPOS FORMATIVOS 




jueves, 21 de noviembre de 2013

Cualidades para ser un buen maestro dE  nivel preescolar

La experiencia preescolar de un niño es su introducción al mundo de la educación. Como maestro de preescolar, es tu responsabilidad ofrecer a los niños un ambiente seguro y divertido conde se puedan expresar ellos mismos de forma creativa, hacer amistades y ajustes para pasar parte del día sin sus padres. La enseñanza preescolar ciertamente no es fácil, aunque la mayoría de los maestros dicen que sus trabajos se hacen más fáciles con experiencia. Sin embargo, existe un número de cualidades esenciales que debes tener para ser un maestro de nivel preescolar exitoso.

Personalidad

Ser un maestro de nivel preescolar exitoso requiere extraordinarios niveles de paciencia, entusiasmo, creatividad y, por sobre todas las cosas, amor por la educación infantil. Un maestro debe entender las necesidades tanto de los niños y sus padres. Como un vínculo entre el hogar y la escuela, la comunicación efectiva con los padres es crucial para desarrollar una buena relación con los niños y ayudarlos a crecer. Además, los niños se desarrollan y aprenden a velocidades muy diferentes, por lo tanto es importante ser extremadamente paciente con quienes tienen dificultades. Un buen maestro crea una atmósfera alentadora para que todos los estudiantes se apoyen entre sí.

Formación

Las cualidades educacionales varían por estado pero la mayoría exige que los maestros de nivel preescolar tengan al menos un título asociado y, en muchos casos, una licenciatura. Tener una formación en educación es esencial, y un buen candidato para un puesto de maestro de nivel preescolar deberá haber tomado clases en educación superior en los campos de psicología, desarrollo de la niñez, educación, gestión del aula y plan de estudios. Muchos cursos universitarios también exigen a los maestros aspirantes a que ganen alguna experiencia voluntaria en una clase, guardería infantil u otro ambiente similar.


Experiencia

La experiencia en el trabajo con niños pequeños es la clave para ser un maestro de nivel preescolar exitoso. A menudo los mejores son quienes crecieron en torno de hermanos menores, quienes han trabajado en campamentos y escuelas o que han alzado a sus propios niños. La mayoría de los maestros de preescolar principiantes comienzan como asistentes para poder aprender más de los profesores con experiencia. Este entrenamiento en el trabajo es increíblemente valioso porque soporta menos responsabilidad en el asistente y así puede experimentar con diferentes estilos de maestros, aprendiendo a medida que va pasando el tiempo.
Manejo de la clase

El manejo de una clase llena de niños pequeños puede ser un gran desafío. Debes ganarte su respeto sin asustarlos. Debes ser su amigo pero también debes representar una figura de autoridad como lo son para ellos sus padres. Un maestro de preescolar exitoso es capaz de controlar una clase mientras siempre mantiene las actividades educacionales y la diversión. La organización es extremadamente importante. Incluso aunque la clase sea un lío, siempre deberá haber una organización subyacente ligado a la educación (de lo contrario, será un parque infantil). Crear un ambiente acogedor y atractivo en el que los niños puedan aprender jugando es esencial.

Dedicación

Por sobre todas las cosas, para ser un maestro de preescolar exitoso, deberás realmente creer en lo que estés haciendo. Debes preocuparte tremendamente sobre el progreso y el bienestar de cada uno y todos los niños en el aula. Enseñar a nivel preescolar puede ser ajetreado y estresante, pero también es extremadamente gratificante. Una mala experiencia en el nivel preescolar puede realmente comprometer el futuro educativo del niño, por lo tanto siempre deberás hacer lo mejor para alentar a los niños y fomentarles su aprendizaje. Por el otro lado, ningún maestro es perfecto y no debes desanimarte cuando cometes errores de vez en cuando.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

buena educadora

Consejos para las futuras educadoras


Cómo llegar a ser una buena educadora





Una buena educadora no es la que tiene los más novedosos recursos y el aula llena de material didáctico para que los niños se sientan bien en el salón, sino la que es capaz de sacar adelante la intervención educativa con las cosas que estén al alcance del contexto y sacarle provecho para que los niños obtengan experiencias llevadas a la realidad lo más significativamente que se pueda llegar a lograr.

La función de la educadora es fomentar y mantener en los niños el deseo de conocer, el interés y la motivación por aprender.

También tenemos la responsabilidad para promover la igualdad de oportunidades para el desarrollo de competencias que permitan a los niños una participación plena en la vida social.

La participación de la maestra debe consistir en propiciar experiencias que fomenten diversas dinámicas de relación en el grupo escolar.

Hay muchas cosas que ya sabemos que tenemos que fortalecer para no caer en ideas erróneas acerca de cómo educar a los pequeños, pero hay más cosas que debemos corregir e intentar para innovar.

¿Qué fortalecer?

Sabemos que como educadoras es de primordial importancia el fortalecer nuestras habilidades, conocimientos, actitudes y valores que transmitiremos y aplicaremos durante nuestra labor docente.

A continuación mencionaremos los puntos más relevantes a fortalecer durante la intervención docente.

·     La observación es un punto clave que se debe de fortalecer a cada momento para conocer las características de los niños y sus diferentes procesos de aprendizaje como base para orientar la organización y el desarrollo del trabajo docente, así como la evaluación del aprendizaje y de las formas en que se propicia.

·        No debe pasar desapercibido que el ambiente del aula que nosotras desarrollemos las actitudes y la participación positiva que promuevan la confianza en la capacidad para aprender del niño,estableciendo un clima de confort en el grupo y así favorecer el autoestima, respeto, orden, creatividad, curiosidad y placer por el estudio, así como el fortalecimiento de la autonomía de los párvulos.

·     Los buenos resultados de nuestra intervención educativa requieren de una planeación flexible, que tome como punto de partida las competencias y los propósitos fundamentales que favorecerán el desarrollo integral del niño durante la edad preescolar.

·    Para crear en el niño aprendizajes significativos, es de vital importancia que diseñemos actividades lúdicas porque  a través del juego el niño explora y ejercita sus competencias físicas, idea y reconstruye situaciones de la vida social y familiar, en las cuales actúan e intercambian papeles.




·    La buena disposición de la educadora es esencial para atender a  los niños con Necesidades Educativas Especiales, lo que implica un trabajo de apoyo con el grupo escolar, los padres o tutores,  la escuela y  los centros especializados para mejorar la calidad educativa del pequeño.



·  Reconocer las diferencias individuales de los educandos que influyen en los procesos de aprendizaje para poder aplicar estrategias didácticas para estimularlos; en especial para favorecer el aprendizaje de los niños en condiciones familiares y sociales particularmente difíciles que nos ayuden a entender su nicho de desarrollo.


¿Qué corregir?

Muchas educadoras mantienen una gran consistencia en las formas de trato con los niños, toman actitudes negativas que adoptan en las intervenciones educativas y tienen criterios con los cuales procuran orientar y modular las relaciones entre sus alumnos, pero muchas veces las acciones que toman son erróneas porque no se dan cuenta de que son muy duras en la forma de cómo contestan a los niños, como los tratan y sobre todo esa actitud mala que tienen que puede llegar a dañar psicológicamente afectando el desarrollo integral del pequeño.

· Debemos tener cuidado en la forma de planear, porque muchas veces no tenemos un diagnóstico adecuado de las necesidades de los niños, gusto, preferencia e intereses y eso convierte a las actividades en  algo que no fortalece el aprendizaje de los párvulos. 

La planificación de la intervención educativa es un recurso indispensable para un trabajo docente eficaz, ya que permite a la educadora establecer los propósitos educativos que pretende y las formas organizativas adecuadas, prever los recursos didácticos y tener referentes claros para la evaluación del proceso educativo de las niñas y los niños de su grupo escolar. 

· El no tener un conocimiento amplio sobre los propósitos de la educación preescolar es una desventaja que afecta el trabajo docente porque no se cumple lo que se pretende en la educación inicial ya que no se cumplirán las expectativas necesarias al ingresar a la primaria.


Por eso debemos comprender el significado de los propósitos de la educación preescolar, de los enfoques pedagógicos que sustentan la acción educativa, para propiciar el desarrollo integral y equilibrado de las niñas y los niños e identifica, como uno de los principales aportes de este servicio, el desarrollo de las capacidades cognitivas que son la base del aprendizaje permanente.


· El no saber diseñar, organizar y poner en práctica estrategias y actividades didácticas adecuadas al desarrollo de los alumnos, así como a las características sociales y culturales de éstos y de su entorno familiar, hará que los educandos no alcancen los propósitos de conocimiento, de desarrollo de habilidades y de formación valoral que promueve la educación preescolar.



¿Qué nuevas cosas intentar?

· Implementar estrategias que favorezcan la eficacia de la intervención educativa en el aula, así como una mejor organización del trabajo en la escuela; para esto tenemos de conocer los principios pedagógicos que son fundamentales para reflexionar sobre la propia práctica.

   ·      El trabajo en colaboración y el conocimiento mutuo entre la escuela y la familia favorece el desarrollo de los niños. Para esto nosotras debemos de crear actividades donde involucremos a ambos contextos para que exista una continuación de conocimientos.

·   El interés que nosotras mostremos generará en el pequeño  motivación para aprender. Se trata de esa disposición que tengamos para querer enseñar siempre con una actitud positiva ante todo.

·        En la educación preescolar una de las prácticas más útiles para la educadora consiste en orientar el impulso natural de los niños hacia el juego, para que éste, sin perder su sentido placentero, adquiera además propósitos educativos de acuerdo con las competencias que los niños deben desarrollar.

·        Primero que nadie nosotras como formadoras necesitamos tener una alta capacidad de comprensión del material escrito y tener el hábito de la lectura para valorar críticamente lo que leemos y relacionarlo con la realidad y especialmente, con su práctica profesional.

·        Plantear, analizar y resolver problemas que se nos presenten en el transcurso de la intervención, saber enfrentar desafíos intelectuales generando respuestas propias a partir de los conocimientos y experiencias de los niños.


·        El juego es un impulso natural de los niños y tiene manifestaciones y funciones múltiples. Es una forma de actividad que les permite la expresión de su energía, de su necesidad de movimiento y puede adquirir formas complejas que propician el desarrollo de competencias. 

   Es por eso que a través de actividades lúdicas, el niño aprende de forma natural y sin sentirse presionado, muestra mayor interés para realizar productos con el pretexto del “juego” y así mismo enriquece sus conocimientos, los amplía y desarrolla diversas capacidades que en la vida futura le serán útiles. 


 En conclusión: 

Para llegar buen trabajo de la buena educadora hay distintos factores: el apoyo de los padres de familia, las necesidades de los niños y que la educadora sea capaz de captar estas necesidades, la planeación de las actividades según lo requiera para satisfacer “las necesidades de los niños”, que   esté preparada para los imprevistos que puedan surgir durante la jornada diaria.   También es importante que ella se forme retos o metas con las que quiere llegar con los niños para que este consiente de hasta dónde puede llegar con   su trabajo. Tiene que fomentar en los niños los deseos de aprender, saber más, formar un ambiente placentero para crear aprendizajes significativos para el niño.

FUNCIONES DE LA MAESTRA DE PREESCOLAR.



                                                                      Las maestras de preescolar.

Funciones:

Las grandes satisfacciones de una maestra frente al progreso de sus niños, van de la mano con el conocimiento de lasfunciones que tiene su cargo dentro de la institución. Este conocimiento será también unaherramienta valiosísima para los diferentes actores en el proceso educativo de los niños (maestra, directora, padres de familia, entidades rectoras), pues con ella se podrá definirresponsabilidades frente a cualquier hecho, así como también presentarlos en caso de algún caso de abuso o sobrecarga laboral que se pueda dar en algunas instituciones contra la maestra. La maestra tiene una función pedagógica con sus pequeños y cumple otra de orientación frente a los padres de familia y la comunidad. Las principales responsabilidades de una maestra en el Jardín de Infancia son:
  • Realizar la evaluación integral de los niños a su cargo.
  • Programar, desarrollar y evaluar el currículum.
  • Elaborar la documentación que se requiera de acuerdo a la programación y las fechas, y mantener informados a los padres de familia.
  • Participar en acciones programadas de investigación yexperimentación de métodos y técnicas de trabajo educativo y otros, organizados por el Centro Educativo o las entidades educativas rectoras.
  • Participar en la elaboración, ejecución y evaluación del Plan Anual del Jardín.
  • Organizar y ambientar el aula, y preparar el material educativo.
  • Mantener actualizada la documentación pedagógica y administrativa a su cargo.
  • Integrar las diversas comisiones y colaborar con la dirección de la institución educativa.
  • Detectar y derivar problemas que afectan el desarrollo del niño y su aprendizaje.
  • Velar por el buen estado de conservación de los bienes de su aula y del Nido.
  • Coordinar y mantener comunicación permanente con los padres de familia.
  • Participar en la capacitación y orientación de la familia y de la comunidad.
  • Participar en las acciones de promoción educativa en su comunidad.
Si bien el principal requisito en una maestra de Kinder es la vocación, las funciones arriba descritas le servirán para organizar y canalizar esa predisposición natural, de manera que su empeño y dedicación den sus frutos y cumplan con hacer de losniños personas plenas y bien encaminadas por la aventura del fascinante proceso de aprendizaje.